Ella cuida su espalda.
Hannah Brooks se parece más a una maestra de jardín de infantes que a alguien que podría matarte con un abridor de botellas de vino. O un bolígrafo. O una servilleta para la cena. Pero la verdad es que ella es una Agente de Protección Ejecutiva (también conocida como «guardaespaldas»), y acaba de ser contratada para proteger al actor superestrella Jack Stapleton de su acosadora de mediana edad, criadora de corgi.
Él tiene su corazón.
Jack Stapleton es un nombre muy conocido, captado por paparazzi en playas de todo el mundo, famoso, entre otras cosas, por emerger de las olas en todo tipo de pantalones cortos ceñidos y brillar como una deidad romana. Pero hace unos años, a raíz de una tragedia familiar, desapareció del ojo público y se desconectó.
Tienen un secreto.
Cuando la mamá de Jack se enferma, él va a casa al rancho de la familia en Texas para ayudar. Solo un problema: no quiere que su familia sepa sobre su acosador. O lo del guardaespaldas. Y así, Hannah, contra su voluntad y su mejor juicio, se encuentra fingiendo ser la novia de Jack como tapadera. Aunque su ex, como un idiota, dice que nadie le creerá.
¿Qué podría salir mal?
Hannah apenas lo cree, ella misma. Pero cuanto más tiempo pasa con Jack, más real empieza a parecer todo. Y ahí está el desamor. Porque es fácil para Hannah proteger a Jack. ¿Pero proteger su propio corazón, descuidado durante mucho tiempo? Eso es lo más difícil que ha hecho.
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